martes, 16 de septiembre de 2008

¿Que evitar al leerla?

Hace tiempo leí un artículo sobre que debemos evitar para interpretar la Biblia correctamente es decir para obtener lo que Dios quiere que aprendamos cuando nos acercamos a la Biblia acá va un resumen de lo que aprendí al leer ese artículo.

Formalismo.Uno de los vicios más comunes en los jóvenes es el formalismo leemos la Biblia como si se tratase sólo de un rito o forma religiosa o intelectual ¿la Biblia controla tu mente? ¿Penetra tu corazón? ¿Remuerde tu conciencia?. Si la Palabra de Dios no afecta nuestra manera de vivir al desafiar la mente, el corazón y la conciencia somos víctimas de formalismo. ¿Qué es la Biblia? ¿Resulta ser en la práctica un libro de texto cualquiera? ¿Ha dejado de ser para ti la Palabra del Dios viviente? Generalmente las raíces del formalismo son una actitud rebelde del corazón y una mente insumisa, que producen una conciencia embotada.

Superstición. ¿Son supersticiosos los evangélicos cuando manejan la Biblia? Algunos, sí probablemente la mayoría al menos de vez en cuando. A veces leemos la Biblia como si fuera un libro mágico. Puede ser por ejemplo, que la lectura devocional de hoy “me indique claramente” , como por encanto, el camino a seguir ante una decisión importante. O tal vez busco la solución a un problema abriendo la Palabra al azar y –vaya milagro_ el primer versículo que leo me lo resuelve. ¿Y si fuese
“(Judas) se ahorcó”(mt. 27.5)? ¿Y si luego descartando esto como absurdo, me posara en “ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10.37)?


Aunque es cierto que a veces Dios nos habla así debemos aprender que normalmente no nos habla de esta forma. Las preocupaciones por los problemas o por la decisión que debo tomar puede predisponerme a "ver lo que quiero ver en la Biblia". No es entonces la voz de Dios, sino una trampa sicológica. ¡Y está trampa me ahorra la labor de tomar en cuenta todos los factores para llegar a una conclusión racional. Una postura tal filosóficamente sería considerada existencialista, esto significa que la Biblia no es en sí la palabra de Dios, mas bien contiene la Palabra de Dios. Es decir, viene a ser la Palabra de Dios para mi personalmente en una situación dada.

Sobra decir que las escrituras, con tal interpretación, pierden su objetividad. Yo mismo determino subjetivamente cuándo y en qué circunstancias Dios me habla. Además, el significado del texto bíblico es una creación mía derivada de esas circunstancias. Lo que debo hacer, cada vez que leo la Biblia, es buscar el significado que proponía el autor original y partir de ahí.

Oportunismo textual. Esto se da por ejemplo, cuando usamos un texto bíblico como percha para nuestras propias ideas. Primero, mi pensamiento, luego un texto para apoyarlo. Debe ser al revés. Nuestras ideas deben ser moldeadas por las Escrituras. Todos tenemos nuestros preconceptos y prejuicios. Pero hay que juzgarlos a la luz de las enseñanzas bíblicas.

El oportunismo textual ocurre también cuando arrancamos un texto de su contexto y lo usamos para “probar” algo. No “probaríamos” que Dios fue el autor del mal citando “Yo Jehová... creo la adversidad”(Is. 45.7). asimismo no podemos probar que todo cristiano debe hablar en lenguas citando “...quisiera que todos hablaséis en lenguas” (1 Cor. 14:5) En ambos casos es preciso preguntar. ¿Qué nos dice el contexto? Nunca olvidemos que “un texto sin un contexto es un pretexto”.

Uso selectivo. Todos, lo sepamos o no, hemos oído exposiciones que se han dado a base del uso selectivo de los datos bíblicos. Algunos datos relevantes se han omitido intencionalmente o por ignorancia. Si las omisiones han ocurrido a sabiendas, es posible que hayan sido motivadas por una lealtad equivocada (adhesión inflexible a un sistema teológico). En aras del sistema se dejan a un lado los pasajes que no encajan; se actúa como si no existiesen.

Nuestra naturaleza pecaminosa a veces nos lleva a resaltar los pasajes más convenientes a nuestra doctrina e ignorar o menospreciar los que aparentemente son contradictorios: Libre albedrío vs. Predestinación; pérdida o no de la salvación; Fe y Buenas Obras, etc.

Al respecto de este último punto es increíble como predicadores y pastores le tienen pánico a Santiago, no se pero nunca he escuchado un estudio o predicación completa y seria sobre este libro, que dándole la interpretación correcta no contradice en nada la doctrina protestante en general señalada por Pablo en sus cartas sobre la salvación pòr la fe.

Perspectiva occidental: Inevitablemente leemos la Biblia con ojos contemporáneos. Difícilmente nos situamos en los tiempos de los oyentes o lectores originales para poder entenderla como ellos la entendían. La distancia cultural e histórica es una barrera considerable.

Todos llevamos en la cabeza cierto “equipaje” intelectual y cultural según la época y el lugar en que vivimos. Interpretamos nuestras experiencias de acuerdo con el modelo mental que ha sido formado por este “equipaje”.

A Pablo y Bernabé los confundieron con dioses en Listra ya que no podían entender las señales y prodigios que realizaban y los asociaron con su cultura y religión (Hch 14.8-12) a lo que los apóstoles les respondieron la verdad sobre estas maravillas. Nosotros también tendemos a explicarnos muchas cosas de acuerdo a nuestra cultura y sociedad actual. Desarraigamos un pasaje de su escenario natural y original en la Biblia, y lo colocamos inconscientemente en un escenario ajeno.

Jesús dijo una vez “Sígueme”. La respuesta fue: Señor deja que primero vaya y entierre a mi padre (Lc. 9:59). Su padre acababa de morir. A primera vista, sí. En realidad, no. Según la cultura del medio oriente, la expresión que se emplea aquí significa: déjame cumplir con mi deber familiar quedándome con mi padre hasta que él muera y sea enterrado; luego podré seguirte”

Descifrando estas palabras, vemos que el hombre no quería ser discipulo de Cristo porque su familia tenía prioridad. Esto lo logramos interpretándolo con ojos orientales.

¿Has orado pidiendo sabiduría? Si es así, es casi cierto que tenías en mente el concepto griego de sabiduría, que es puramente intelectual (como en 1 Co. 1:22). La oración fue tipicamente occidental. La sabiduría Bíblica, plasmada en la mentalidad hebreo, es práctica y espiritual. El libro de Proverbios está lleno de ella. Santiago deja claro que tal sabiduría tiene que ver con la buena conducta y la mansedumbre.(Sgo. 3.13) Su característica primaria es pureza, de la que se derivan otras cualidades espirituales y prácticas. (Sgo. 3.17)

Fuente: Revista de apuntes pastorales Artículo “Escollos en la interpretación de las escrituras”


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