martes, 16 de septiembre de 2008

¿Cómo estudiarla?


Antes de efectuar un estudio bíblico debemos tener en cuenta algunos presupuestos básicos para una interpretación cristiana de las Escrituras:

A. Inspiración divina (II Pedro 1:20-21; II Timoteo 3:16) En sencillas palabras la Biblia es la Palabra de Dios y fue inspirada por él a hombres santos (profetas, apóstoles, discípulos, etc.) para que la escribieran para su pueblo y luego para la Iglesia. Toda la Biblia es la Palabra de Dios, pero para entenderla debemos interpretarla.

B. Inerrancia e infalibilidad de las Escrituras (Salmo 19:7). Resumidamente la Biblia en su texto original no se equivoca ni yerra, lo que si hay son errores en las copias y traducciones de las Escrituras, que son las que tenemos en nuestras bibliotecas.

C. Inmutabilidad de las Escrituras (Mateo 24:35) La palabra de Dios no cambia, es perenne.

D. Fuente de doctrina y regla de fe Los cristianos basamos nuestra vida y creemos en las enseñanzas de la Biblia la Palabra de Dios, no en mandamientos de hombres (sacerdotes, maestros, pastores, papas, etc.) ni de instituciones humanas o concilios.


UN ESPÍRITU CORRECTO

Antes de siquiera pensar en un sistema o método determinado de estudio de la Palabra debemos centrar nuestra mirada en nuestro corazón, esta parte es la más difícil y más importante y lamentablemente es la más pasada por alto por muchos estudiosos de la Biblia, quedando atrapados en sus pensamientos y opiniones.

Los cristianos debemos saber que nuestros corazones son imperfectos y que muchas veces pensamos y hacemos lo que no agrada a Dios, y esto también ocurre cuando intentamos interpretar la Biblia a nuestra pinta. Nuestra actitud es como un lente que de estar sucio no va a lograr ver claramente la luz y verdad de las Escrituras.

Lo más importante es tener un espíritu correcto para acercarnos a la palabra de Dios para aprender de ella. Acá van algunas actitudes de un interprete cristiano de la Biblia.

HUMILDAD: El cristiano debe ser humilde no solo en su actuar diario sino también al interpretar al Biblia, es decir, debe depender de Dios en su estudio.

" Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (Romanos 2:3).

HONESTIDAD: El interprete humilde debe ser sincero en su interpretación no debe hacer decir algo que la biblia no dice ni omitir algo que la Palabra si dice, aunque vaya contra sus creencias e ideas personales.

INDEPENDENCIA: El interprete humilde depende de Dios, pero no depende de otros hombres para la interpretación. Si tenemos la convicción en nuestras conciencias de una verdad bíblica no debemos cambiarla a menos que como decía Lutero "con la Escritura o con la razón se demuestre que estoy equivocado". No podemos traicionar nuestra conciencia.

CORAJE: La luz de las escrituras no generan siempre buenas actitudes en nuestros semejantes sino que por el contrario hacen levantar oposición y oprobio contra el intérprete sincero tanto del mundo como de las esferas religiosas. Por ello un intérprete sincero de la Biblia además debe ser valiente para mantenerse en la Palabra de Dios y anunciarla aunque el mundo entero arda contra él.


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